Éste trabajo realmente ha marcado la diferencia en mi relación con mi madre

Después de dos años, una noche me animé y tuve con ella una “gran conversación”, que me liberó muchísimo, pero tristemente, después nada cambió. Me seguía sintiendo como una leona con las uñas afuera defendiendo a mi cría de lo que yo consideraba un ataque. Sentía que necesitaba evitar a toda costa que ella dañara a mi hijo, igual que inconscientemente ella me dañó a mí en mi infancia. Sin mala intención, por supuesto, sé que ella siempre actuó por lo que ella consideraba “nuestro bien”. Pero con buena intención también se puede hacer mucho daño.

 

Cansada de intentarlo por mi cuenta, finalmente descubrí a Patricia Sánchez en Internet. Ella fue al origen de mi rabia, mi niña interior que estaba enfadadísima. Hicimos varios ejercicios, pero hubo uno especialmente transformador: Un ritual donde yo perdonaba a mi madre por todas las causas de mi enfado, y también a mí misma, cosa que se me había olvidado hacer, ya que durante mi infancia yo me sentí culpable de muchas cosas que, la verdad, en absoluto eran culpa mía.

 

Justo después de terminar las sesiones, fui una semana a casa de mis padres. Esos días fueron muy pacíficos. Yo me notaba mucho más relajada con mi madre. Y lo más importante: ocurrió algo que mi madre le hizo a mi hijo, que antes de las sesiones con Patricia, es bastante probable que yo me hubiese enfadado de forma monumental, e incluso hubiera pensado en ir menos a menudo a casa de mis padres, o de no dejarle el niño a mi madre nunca jamás. Pero en lugar de eso, mi hijo y yo fuimos a hablar con mi madre en un tono muy tranquilo. Mi madre se disculpó, le pidió perdón al niño, y todo quedó ahí.  🙂

 

En verano me animé y estuvimos en casa de mis padres ¡2 meses! Nunca había estado tanto tiempo allí desde que nació mi hijo. Y aunque todavía noto que intento conseguir su aprobación en algunos temas, y tenemos alguna pequeña discusión, no tiene nada que ver con el estado de “Guerra constante” en el que me encontraba antes.

Ahora intento dejar atrás el pasado, y centrarme en el presente. Intento recuperar el tiempo perdido y compartir tiempo con ella para mejorar la relación, en lugar de estancarme en la queja y la rabia que solamente empeoran nuestra relación.

 

Todavía me queda trabajo por hacer, en el crecimiento personal parece que nunca se termina de trabajar, pero he avanzado muchísimo. Éste trabajo realmente ha marcado la diferencia en mi relación con mi madre. Muchas gracias Patricia Sánchez, ojalá algún día pueda darte el gran y cálido abrazo que internet no nos deja. Gracias por saberme guiar. <3

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